El acné es una de las afecciones más comunes de la piel, que afecta a aproximadamente el 80% de la población en diferentes formas y puede aparecer en cualquier momento de la vida, sin importar la edad. Esta afección se caracteriza por la inflamación crónica de las unidades pilosebáceas de la piel dando lugar a la formación de pápulas, quistes, comedones, pústulas y, en algunas ocasiones, nódulos o cicatrices.
Los factores causantes son:
✔️ El aumento de la producción de sebo por parte de la glándula sebácea (Hiperseborrea)
✔️ La proliferación acelerada y anormal de los queratinocitos de las glándulas sebáceas (Hiperqueratinización)
✔️ La proliferación bacteriana, a causa del exceso de sebo y de la hiperqueratinización se crea un ambiente anaerobio que favorece la proliferación de bacterias.
✔️ La inflamación ocasionada por la secreción de citoquinas proinflamatorias. Hay varios tipos de tratamiento farmacológico, el tratamiento tópico es el más frecuente y al que se recurre en primera instancia. Este puede ser de forma individual o asociado a tratamientos sistémicos.
🔎Referencias: Kurokawa, I., Danby, F. W., Ju, Q., Wang, X., Xiang, L. F., Xia, L., & Zouboulis, C. C. (2009). New developments in our understanding of acne pathogenesis and treatment. Experimental dermatology, 18(10), 821-832.